Para que los cadistas consigamos nuestros objetivos no lo podemos hacer por la vía rápida como el resto de los mortales. Estamos condenados a sufrir hasta el último momento. Anoche en Carranza se volvió a repetir una situación límite en un campeonato oficial. Después de una temporada irregular seguimos con las mismas dudas sobre la solvencia en el juego de nuestro equipo y únicamente el empuje de una afición de 10, aliñado por la suerte de cara en una tanda de penaltis de infarto hizo posible el pasar a la última fase que nos permitirá ascender a Segunda División.
Será ante el Lugo, pero si seguimos sin marcar un sólo gol en estas eliminatorias, pronto o temprano nos pondrán en su sitio. Y aquí no nos jugamos el seguir jugando en la Segunda División B, sino que estamos hablando de la propia continuidad de una entidad centenaria que en los momentos claves demuestra, como ayer, que esto si que es más que un Club, es una forma intensa de una afición y una ciudad de sentir y vivir el deporte...
Ver en Una TV la tanda de penaltis
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